“Sí, por ejemplo, mi difunta suegra iba con otras mujeres iban hasta Reinosa (a unos 20 kilómetros en línea recta) de noche, andando por el monte con 20 kilos de maíz para cambiarlo por trigo, y luego volver andando otra vez claro.”

“Fui muy poco al colegio, dos o tres años con una de mis hermanas, y teníamos una maestra que se llamaba María Jesús que nos quería mucho. Un día se dio cuenta que como teníamos que venir andando de lejos, comíamos en un prado, así que nos dejó las llaves de la escuela para que comiéramos allí. Luego ya teníamos que trabajar dándole la vuelta a la hierba y cuidando las vacas y las cabras”.

Vida cotidiana 4

“Nosotros llevábamos una vida normal , ayudábamos en casa , cantábamos, bailábamos y no sabíamos lo que pasaba en el país ya que no comprábamos el periódico porque el dinero que ganaba mi familia lo necesitábamos para comer”.

Vida cotidiana 3

“En las tiendas no había cosas, todo estaba racionado. Tenías unas cartillas con las que ibas a comprar, se llamaban cartillas para el racionamiento y te daban 100 gramos de azúcar por persona al mes, media docena de huevos por persona al mes, no podías comprar el pan que tu querías, la cantidad que tu querías, no tenías derecho más que a una barra. Había un comercio sumergido que le llamaban el estraperlo en el que pagando más si encontrabas más cosas. Los sueldos eran muy bajos, yo era hija única y tenía unos abuelos que tenían labranza y siempre te daban cosas que bajabas del pueblo: alubias, patatas, huevos, alguna mantequilla, muy poquitas porque mi abuela las vendía, para sacar dinero y así comprar otras cosas, no se comía carne ni pescado todos los días porque no había dinero suficiente”.

Vida cotidiana 2

“Mi familia no solía meterse en líos políticos por la posibilidad de ciertas consecuencias que al fin y al cabo podrían traducirse a malas lenguas”.

Posguerra 5

“Teníamos miedo porque venían por la noche a cogernos a casa, y te llevaban para fusilarte en el paredón del cementerio, pasaba después de la guerra, era cosa de política, porque teníamos una dictadura en España”.

“Cuando ocurrió la Segunda Guerra Mundial, en mi escalera vivía el redactor jefe de un periódico, y a ese le mandaban los partes de guerra y se los dejaban debajo del felpudo; yo subía los cogía, los bajaba a casa, los leíamos, y lo volvía a dejar en su sitio. No me asustaba al escuchar las cosas de la Segunda Guerra Mundial porque estaba acostumbrada a escuchar Radio Pirenaica por las noches, una radio independiente de izquierdas, de la república; cerrábamos bien todas las ventanas y todas las puertas para que no se oyera fuera de mi casa nada. Esa emisora estaba en Andorra, y por las noches queríamos escuchar lo que pasaba porque el gobierno no daba explicaciones de lo que estaba ocurriendo. Sobre el holocausto lo supe cuando fui más mayor, de pequeña no sabíamos mucho que estaba pasando con Alemania, porque las noticias no nos llegaban”.

“A un tío mío le llevaron al paredón y no le mataron porque un amigo suyo le dijo: “antes de que te disparen, tírate al suelo” y no le dieron el tiro de gracia. Nunca hemos sabido porque se lo llevaron, creemos que fue porque era nacionalista vasco”.

Posguerra 4

“Las mujeres lo que recordaban era haber tenido a los maridos en la guerra y quedarse cuidando a los niños. Lo pasaron mal y como había otras preferencias, otras necesidades, la guerra ya había pasado y se tenía que sacar a la familia adelante. En aquellos años la mujer se quedaba cuidando la casa y solo los hombres iban a trabajar, había muy pocas mujeres que tuvieran un trabajo fuera de casa. En resumen, las mujeres tenia los mismos recuerdos, pero los vivían de manera distinta a los hombres”.

Mujeres 3

“Sí, yo todavía no había nacido, pero me contó mi madre que hay una cueva cerca de Co, que se escondió mucha gente porque de repente empezaron a pegarse tiros entre el Dobra y Tejas, (dos montes en las inmediaciones), creo que era entre los que iban con Franco y los que no, pero no lo sé, ya no lo recuerdo muy bien.”

Lugares de la memoria 7

Te comentaré sobre cierto edificio que hay en un pueblo llamado Valdenoceda, esta antiguamente era una especie de cárcel donde muchos de mis amigos acabaron, era un lugar con una cantidad de dolor incontable y muy dura, por lo que llegue a ver de allí, he de admitir que era un lugar lúgubre”

Lugares de la memoria 6

“No la viví, pero en mi familia no se hablaba porque mi padre tuvo que dejar en el año 63 todo atrás, su casa, olivos, tierras y todo, para mudarse al País Vasco”

Guerra Civil 7

“Recuerdo que de pequeña oír a los aviones por la noche y asustarme, oíamos la sirena y entonces me cogía mi madre y me bajaba al refugio, donde vivíamos había dos de bajo tierra, esto era alrededor de 1938-1939”.

“Mi padre estuvo en Belchite y en la batalla del Ebro. Una bomba le cayó al lado y lo enterró hasta los brazos. Al sacarlo le desviaron la columna y lo ingresaron en Valdecilla, en Santander. Para poder ir y pagar el viaje, mi madre tuvo que vender las alianzas de casada. Fuimos en un camión, sin luces por Saltacaballos, un puerto muy peligroso en Cantabria. No podían encender las luces porque enfrente teníamos el crucero Cervera y si nos descubrían nos podían encañonar desde el mar”.

“Tengo el recuerdo de que, en Otxandiano, estaban acampados varios nacionalistas vascos, y pasó el General Mola con aviones y les saco una bandera nacionalista, cuando la vieron, salieron todos a vitorear al ver que los aviones eran de los suyos. Los bombardeó e hizo una masacre en la que murieron muchas personas, entre ellos un familiar directo”.

Guerra Civil 6